jueves, 19 de junio de 2008

Sólo la unión nos saca de la crisis

Estamos viviendo momentos muy duros en la Argentina de hoy y es por eso que proponemos desde la UCR trabajar por la paz y la seguridad social que nos de prosperidad como ciudadanos de la República Argentina.



Nuestro país sufrió diversas divisiones a lo largo de la historia que le costó la vida a miles de argentinos en especial a todos aquellos que ejercían la actividad política y sostenían la bandera de la libertad de expresión y las libertades públicas.

Hoy atravesamos una enorme crisis social y cultural. El reclamo por una equitativa distribución de la riqueza se encuentra con un gobierno caracterizado por su falta de diálogo y acostumbrado al ejercicio de la violencia estatal o paraestatal.

El rol del Estado es pues, mediante las instituciones gubernamentales, convocar a un gran plan nacional de inclusión social en donde el debate sea abierto y todos juntos podamos construir un futuro mejor para nuestros hijos y las generaciones futuras que muchas leyes sancionadas por el Congreso tienen en cuenta a la hora de fijar los objetivos.

Nuestro Congreso cumple la función de un mero escribano que le dice sí a todo o que ni siquiera tiene la posibilidad de discutir los grandes temas que determinaran el futuro de la República. Los diversos sectores sociales no toleran más el seguidismo y los personalismos que destruyen a las instituciones tales como al Estado mismo con el debilitamiento del Congreso Nacional y los partidos políticos que son reconocidos constitucionalmente por nuestra Carta Magna.

La realidad nos indica discutir un modelo de país que hoy expresa "unitarismo" en beneficio de los más poderosos en detrimento de los pobres y en la destrucción de las clases medias quienes fueron el sostén de la economía argentina a través de la historia. Necesitamos establecer políticas de Estado sobre el agro y el sector ganadero, fomentar la educación, la salud y desarrollar la industria a través de la justa distribución de la riqueza discutiendo a fondo el sistema de la coparticipación federal que dispone Ley Nacional 23.548.

Es preciso devolverle a las provincias los 20 millones de impuestos a las ganancias que se destinan a los ATN y el 2% de recaudación de ganancias, el 30% de la recaudación de impuesto al cheque en donde sólo el 15% llega a los gobiernos locales y pierden 6.600 millones de pesos anuales, cumplir con el Art. 7 de la Ley 23.548 que establece que las provincias no pueden percibir menos del 34% de la recaudación de impuestos coparticipables ya que la Nación debería transferir 94.931 millones en el 2008 y sólo repartiría este año 70.725 millones de pesos. Que las provincias dejen de ceder los 2.700 millones a la AFIP por normas internas del organismo cuando sólo deberían ceder 1300 millones y reducir del 15 % al 10% la masa coparticipable bruta que se entrega a ANSES para que 3.400 millones vayan a las provincias y 2600 millones al Tesoro de la Nación.

Esto es solo algunos de los datos que expresan el centralismo de un gobierno que no escucha y no invierte en el desarrollo del interior de nuestro país.

Debemos tener en cuenta que hoy los municipios también sufren el centralismo ya que de la coparticipación que reciben las provincias luego se redistribuye en los municipios que deben limitarse a los pedidos de ayuda por emergencias económicas y sociales para poder pagar sueldos y poder afrontar las necesidades básicas de los ciudadanos.

Es por ello que desde la UCR instamos a todos los vecinos de nuestra ciudad a dar respaldo a una propuesta de paz y prosperidad para los argentinos tal como se expresa a través del preámbulo de nuestra Constitución Nacional cuando hace referencia a la paz interior.

El rol de ciudadano no es sólo sufragar sino también ser respetado en el mandato que otorgó a quien gobierna, y hoy el mandato es asegurar el desarrollo y la paz de todos los argentinos.

No debemos caer en el error de enfrentarnos entre argentinos y es obligación de los partidos políticos de toda nuestra provincia ponerle un manto de racionalidad y educar a la ciudadanía para evitar el juego de las antinomias que sólo producen angustia y dolor en nuestra sociedad. Es por ello que cuando se apela a la violencia nuestro deber ciudadanos es invocar la justicia para asegurar el bienestar y la paz social de todos los habitantes del suelo argentino.

Es hora de dejar de ser meros habitantes y ser considerados ciudadanos para hacer del dialogo una practica habitual y de construcción que nos convierta en un autentico federalismo que exprese los cimientos de nuestra patria.

Flavio Ponce

   POLÍTICA & OPINIÓN © 2008 | Edición al cuidado de Guillermo Santa Eugenia