CFK heredará el viento
Cristina llamó al diálogo y a la cooperación. Esto sería maravilloso, si no fuera el epílogo de un discurso plagado de soberbia, de descalificación a todo disenso, de virulencia verbal y de una alarmante negación de la realidad.
Cristina se dedicó puntualmente a atacar a la oposición en su conjunto, a la prensa, a los productores agropecuarios, al tiempo que repetía números memorizados y alabanzas a la gestión de su consorte Néstor.
El vecino de la región metropolitana que teme por la inseguridad, o un productor agropecuario de Villarino que padece el estrago de la sequía, con animales muertos, falta de pastura y malos rindes en la cosecha, nada escuchó de boca de la Presidenta.
¿Cuando Cristina habla de patronal en nuestros campos, actúa de mala fe o de ignorancia? No sabe que la magnitud de la agricultura en campos arrendados varía entre 40 y 70%, y que por ejemplo en Casilda alcanza al 80%.
Casilda, una ciudad íntimamente vinculada con la producción sojera, tiene un hospital que necesita mayor complejidad para dejar de ser un simple derivador de pacientes. Recibe gente de unas 17 poblaciones de la zona porque es un hospital regional, pero hay cirugías que no se pueden hacer. Si ese hospital o el de Cañada de Gómez contaran con mayor complejidad no habría necesidad de hacer tantos traslados a Rosario.
Ahora cuando el productor de Casilda fue a la ruta a reclamar, es un ser insolidario. Para el oficialismo quien no comparte sus ideas, quien se permite un minimo disenso es un enemigo, un ser guiado por pérfidos intereses subalternos.
Allá por 1979, cuando seguramente Cristina y Nestor ejecutaban hipotecas por la circular 1050, Don Ricardo Balbín decía "La democracia se fortalece en la discrepancia. Las unanimidades son caminos del totalitarismo."
"Aquel que cree disturbios en su casa heredará el viento" dice el Libro de Proverbios en nuestras Escrituras, lamentablemente Cristina va en camino de esa herencia.
Gustavo Aramburu
gleonar63@hotmail.com