domingo, 7 de diciembre de 2008

Efedrina, lavado y política mayúscula

En estos días se cumple el primer año de Cristina al frente del Gobierno, su imagen negativa es preocupante, algunos medios se hicieron ecos de porcentajes de desaprobación que serian comparables a los del primer año de la gestión de la Alianza.

Cuando asumió, Cristina, en honor a la verdad en comparación a diciembre de 1999, estaba en el país de las maravillas, el del crecimiento económico sostenido, en el del superávit fiscal, el de la inexistencia de una oposición que pudiera hacerle mella.

Mucho antes de que la crisis económica mundial entrara en escena, el largo conflicto con el campo, la recesion en el interior, Guillermo Moreno, el patoterismo, las valijas, los hechos de corrupción, ya habían empezado a dañar la imagen de Cristina.
Es ella, en su primer año de gestión, pero el 5to de la serie Dinastía K, la que debe enfrentar esta crisis. Al principio con soberbia pretendió dar cursos de macroeconomía a las economías más poderosas de la tierra.

Sin caja, no hay política para los Kirchner, por ello mantener el superávit fiscal a cualquier costo es esencial, por encima de los planes productivos o recetas. Mas allá de la moratoria impositiva, el blanqueo de capitales, en un país donde se han dado operaciones de narcotraficantes y el financiamiento de la campaña política desde los dineros de la criminalidad es gravísimo.

Mañana se cumplirán 23 años de un hecho único, de trascendencia internacional, la sentencia a las juntas militares. Algunos expertos consideran este hecho como más trascendente que el Juicio de Nuremberg, ya que aquí no existieron jueces ni tropas victoriosas de ocupación. Sólo existió una decisión política y el coraje de un gobierno. Esta situación contrastó en la realidad de Uruguay, Chile, Brasil, España, Portugal y Sudáfrica.

Hace 23 años de que Argentina daba al mundo una lección de legalidad y juridicidad. Hoy el paco mata a nuestros jóvenes, dia a día nos vamos enterando de muertes mafiosas, aportes de campaña emanados de variados ilícitos, las valijas de Antonini, De Vido, la efedrina los emprendimientos privados de la pareja presidencial.

Es hora de que desde la oposición, radicales, ex-radicales, socialistas y distintos sectores, sientan el llamado de la hora, la necesidad de limar asperezas y viejos enconos, la obligación de actuar alejados de soberbia, mesianismo y desvastador personalismo.

Los une, un objetivo común, que hace a su historia política y a su formación, la ARGENTINA SOÑADA, la de Lebensohn, la de Illia, la de Don Alfredo Bravo, y la del Patriarca de nuestra democracia que todavía tenemos entre nosotros y fue el gestor de ese hecho unico hace 23 años...

"Sueño con el día en que el bien derrotado vencerá al mal triunfante." Martin L. King

Gustavo Aramburu
gleonar63@hotmail.com

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