miércoles, 18 de febrero de 2009

Sin libertad de prensa, la sociedad pierde sentido crítico

El despido del periodista Nelson Castro de radio Del Plata, y el consecuente levantamiento de su programa “Puntos de vista” –a partir de una clara injerencia del poder político y económico-, es un hecho de alto significado antidemocrático, ya que constituye un gravísimo ataque contra la libertad de prensa, en un país en el que éste y otros derechos son bastardeados permanentemente.

El caso de Nelson Castro es muy preocupante, por dos factores que además están íntimamente relacionados, ya que, por un lado, se trata de un profesional de los medios de comunicación con una visión crítica del actual –y también de los anteriores- gobierno nacional, y por otro, no es el primero en que un periodista o medio de comunicación tiene problemas con el gobierno kirchnerista por lo que publica.

No es un dato menor que la rescisión del contrato de Nelson Castro por los nuevos dueños de radio Del Plata (la empresa Electroingeniería la adquirió en noviembre pasado) haya sido por el tratamiento de una denuncia por supuesto sobreprecio en un tendido de redes en la Patagonia. Además, se trata de una firma que tiene una muy buena relación con algunos integrantes del gobierno kirchnerista. De hecho, no hay que perder de vista que es una de las más beneficiadas en las licitaciones de grandes obras eléctricas. No estaría mal preguntarse si los comentarios de Castro, que tanto molestaron a las autoridades de Electroingeniería, no hayan sido también tomados como excusa para darle el gusto al gobierno de sacarlo del aire.

Este hecho merece que todos los que tenemos una profunda vocación democrática nos expresemos en defensa de la libertad de prensa, porque velar por ella es hacerlo por la democracia misma.

La libertad de prensa –ya plasmada en la Constitución Nacional de 1853- fomenta y cultiva día a día el sentido crítico de los ciudadanos, y garantiza el derecho social a la correcta información. Como dijo recientemente Raúl Alfonsín, “solamente por medio de la información, el ciudadano puede encontrarse en condiciones de participar y consiguientemente sentirse y ser no sólo espectador o testigo de lo que acontece, sino además prepararse para actuar”.

Además de una expresión solidaria para con Castro -uno de los más juiciosos analistas de nuestra realidad social y política-, este caso nos debe movilizar para que no existan ni injerencia extorsiva de los gobiernos a los medios por medio de la publicidad oficial, ni listas negras de periodistas y medios de comunicación a los que el poder político y económico quiere dejar sin pluma o micrófono.

La opinión pública debe cerrar filas en su apoyo al periodismo libre y no debe rendirse a las restricciones que impone, a menudo, por vías directas o indirectas, el poder político. No debemos olvidar que la libertad, en definitiva, es una sola. Y que toda imposición autoritaria contra el periodismo encubre, siempre, un ataque a la democracia y una pretensión de controlar y hasta anular los derechos de los ciudadanos. Sin libertad de prensa no hay democracia.

Marilyn Cristófani
Diputada Provincial

Fuente: http://datachaco.com/noticia.php?numero=17606

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