Gracias Don Raúl
Fue un año especial 1983. El primer cigarrillo, empezar a mirar a las chicas de otra manera, pero principalmente la campaña. No dimensionabamos bien todavía lo que estabamos haciendo. Los milicos nos daban más rechazo y desprecio que temor, una inconciencia. Sólo percibíamos el peligro, a medias, cuando algún grupo de compañeros del PJ, más numeroso generalmente, desembarcaba mientras pintábamos una pared o emprendíamos una pegatina de carteles con el cara de Don Raúl, la indecisión entre correr o cobrar dignamente, eran nuestras dudas mas profundas.
Ya fue mucho para nosotros no haber podido entrar a la Federación de Box, creíamos que sobraría espacio, fue un placer no poder entrar. Para el Alfonsinazo en Ferro tomamos otra previsiones, llegamos a las cinco de la tarde y esperamos. Fue brillante, increíble. Lo del cierre en el Obelisco indescriptible. Por la emoción, por ese hombre que hacía vibrar desde el escenario, lejos, se lo veía chiquito y enorme a la vez. Un liderazgo indiscutido, suficiente para insuflar la ilusión en los corazones jóvenes.
Prometía y prometíamos 100 años de democracia y hoy nadie duda que estamos en ese camino. Ya ganamos 25 de esos años. Me viene a la memoria también la Plaza de Pascua. Cuando desconcentrabamos el domingo a la tarde, los mas grandotes encerrábamos dentro de un cordón humano a las chicas y los más pibes. Eramos la Franja y llevabamos a todos a desconcentrar desde el Comité Capital, hasta allí cuidabamos a los nuestros.
A tres o cuatro cuadras de la Plaza de Mayo me encaró un muchacho, justo a mi..."arregló, el viejo hijo de puta arregló"...me gritó. Solté la mano de quien venía al lado mío y le cruce una piña. Fue derechito al piso y no hizo ni amago de intentar responder el golpe. Yo sé que no estuve bien, pero "el viejo" se jugó el pellejo cuando fue a Campo de Mayo, enfrentó solito a un grupo de delincuentes con la cara pintada y armas colgadas de la espalda, respecto de los cuales no se había encontrado a nadie dispuesto a reprimirlos. ¿Arregló?. Y puede ser, hizo lo mejor que pudo, en ese entonces los gobiernos democráticos no duraban más de tres años y medio, y la democracia se escurría entre los dedos, fue y la salvo, cumplió su promesa, ¿quien sabía si le iban a tirar ni bien aterrizara el helicóptero?. El tipo fue, y habiendo acordado o no, ratificó su liderazgo, por lo menos en lo que a mi respecta.
Se sostuvo desde entonces una democracia que sólo unos pocos ilusos imaginábamos como posible. Y la verdad con poca ayuda. Con los militares y sus colaboradores, al acecho, con los sindicalistas acuerdistas conspirando con los militares y con muchos sectores políticos y económicos que se dividían entre sostener el sistema públicamente y socavarlo bajo cuerda. Y con errores y aciertos, Alfonsín entregó el mando a otro gobierno democrático de otro signo político, una proeza, para esos tiempos.
Por cien años de democracia, decíamos entonces. Ya van 25 y no parece que se vaya a interrumpir el proceso, y aún pasado este largo tiempo, parece que falta más para que la sociedad y la historia reconozcan en toda su plenitud a ese hombre, a ese Alfonsín que dió todo para que esto ocurra, y que ahora se está muriendo.
Si Dios es tan Dios y tan justo le tendrá reservado un lugar de privilegio Doctor.
Fue un gran año el '83, el suscripto tenía sólo 14, pero aún joven, fue invadido de una ilusión de país, de futuro, y la esperanza nacía del liderazgo y el carisma de Don Raúl. Es muy fuerte, muy importante para un joven tener un norte, una ilusión concreta, que pasados 25 años no he perdido, me fui haciendo hombre con la misma ilusión, de 100 años de democracia, de justicia social y de equidad.
No quisiera extenderme más y desearía que Don Raúl pudiese leer estas lineas. Mi agradecimiento es el de toda una generación. Por las ilusiones, por los ideales, por los triunfos y por las derrotas también, por su indiscutida e indiscutible hombría de bien que sigue siendo ejemplo a seguir, por la militancia, por el compromiso, por la energía y el coraje, porque fuimos la vida y fuimos la paz, por todo gracias Don Raúl.
Fuente: Por Horacio Minotti en http://www.impulsobaires.com.ar/nota.php?id=69675