martes, 21 de octubre de 2008

De viejas luchas, sueños y Mafaldas

Nuestra sociedad enfrenta el desafío de evitar la perpetuación de las grietas sociales, y por ello es una política esencial y determinante la recuperación de la capacidad transformadora de la educación. La formación educativa como mecanismo de superación y ascenso.

La sucesión interminable de paros docentes hace que mas de 6 millones de chicos no alcancen este año el piso obligatorio de jornadas escolares, lo que afectará obviamente sus aprendizajes. El panorama de la educación pública en nuestro país, con conflictos salariales permanentes, situaciones edilicias paupérrimas, baja calidad de las exigencias, tiene entre otros muchos resultados, uno: el de la deserción de los egresados de la enseñanza secundaria frente al desafío universitario.

Hace unos días el nuevo director del Ciclo Básico Común de la UBA informó que el 15% de los alumnos que allí se inscriben abandona en la primera semana de estudio y que, entre los que quedan, un tercio deserta posteriormente, y el resto no completa el ciclo en el plazo estipulado. Estos datos muestran serios problemas en el nivel de la escolaridad secundaria. Ni hablar de los resultados de examen de ingresos que periódicamente da cuenta la Universidad de La Plata.

Ya hace 4 años El ex Rector de la UBA, Guillermo Jaim Etcheverry manifestaba que: "El secundario no sirve para trabajar ni para la Universidad" ya que la falla en la educación está en lo básico: falta habilidad para comprender textos y poder hacer abstracciones.

Octubre es un mes rico en recuerdos para el radicalismo; al triunfo de Raúl Alfonsin y su gesta de recuperación democrática, debemos añadir el ascenso al poder de Yrigoyen y de Illia.

Sin embargo los radicales, mas allá de bronces, y de discursos, hemos ido muchas veces no siendo fieles a nuestras banderas históricas, a nuestras luchas pretéritas, en pos de figuritas de momento, o posturas encuesta en mano.

También en octubre nos dejaban Elpidio Gonzalez, Juan Manuel Casella Piñero, y era asesinado por la dictadura Mario Abel Amaya, radicales en serio, fieles a un legado y portadores del mismo, el de la causa emancipadora y de la reparación.

A ver si los radicales, dejamos de ver sólo cuánto mide Cobos, y nos reagrupamos en base a nuestros viejos sueños, ellos tienen que ver con guardapolvos blancos, con los postulados de la Reforma, y con una Argentina distinta a la del privilegio.

Como decía Mafalda: "¿Y si en vez de planear tanto voláramos un poco más alto?"

Gustavo Aramburu
gleonar63@hotmail.com

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